La prueba de pureza del metilformamida se puede realizar mediante varios métodos analíticos. Uno de los más comúnmente utilizados es la cromatografía de gases (CG), donde la muestra de metilformamida se calienta hasta que se vaporiza, y sus componentes se separan según su volatilidad. La detección de tales impurezas también se puede realizar con cromatografía líquida de alta eficiencia (CLAE), que no se vaporiza fácilmente. Otros métodos incluyen la titulación para medir la cantidad de algunos grupos funcionales presentes y la espectroscopia infrarroja (IR) o de resonancia magnética nuclear (RMN) para analizar, confirmar la estructura del compuesto e identificar impurezas.