La riboflavina, también conocida como vitamina B2, tiene propiedades químicas distintas que la hacen esencial en diversos procesos biológicos e industriales. Químicamente, la riboflavina tiene la fórmula molecular C17H20N4O6. Es un compuesto de color amarillo a anaranjado y soluble en agua, lo cual es crucial para su biodisponibilidad en el cuerpo humano y sus aplicaciones en la industria alimentaria y de bebidas, donde puede utilizarse como colorante natural. La riboflavina es estable bajo condiciones normales, pero puede ser sensible a la luz, especialmente a la luz ultravioleta (UV), la cual puede provocar su degradación. Esta propiedad debe tenerse en cuenta al almacenar productos que contienen riboflavina, como vitaminas o alimentos fortificados. En solución acuosa, la riboflavina puede existir en diferentes estados de ionización dependiendo del pH. Tiene un espectro de absorción característico, con máxima absorción en las regiones ultravioleta y visible, propiedad que se aprovecha en técnicas analíticas para su cuantificación. La riboflavina puede participar en reacciones redox, actuando como coenzima en muchos procesos enzimáticos en organismos vivos. Esta propiedad es fundamental para su papel en el metabolismo energético, donde ayuda en la transferencia de electrones. Su estructura química, con una unidad flavínica, le permite formar complejos con proteínas, mejorando aún más su funcionalidad en sistemas biológicos. En aplicaciones industriales, estas propiedades químicas se tienen en cuenta cuidadosamente al formular productos que utilizan riboflavina, como en la producción de suplementos nutricionales o en ciertas reacciones químicas donde su naturaleza redox puede aprovecharse.